Jesús

Jesús

martes, 24 de abril de 2012


Antes de iniciar el estudio de esta carta, será útil entender un poco del contexto histórico. Lo iniciaremos, entonces, con la siguiente pregunta: ¿Quién es Tito?
Es muy interesante observar que el nombre de Tito no es mencionado ninguna vez en el libro de Hechos. El nombre de Timoteo se menciona muchas veces allí, mas el nombre de Tito no aparece nunca. A pesar de eso, sabemos que Tito estaba presente en muchos de aquellos eventos, porque su nombre es citado en otros escritos de Pablo, como 2ª Corintios, Gálatas y aun la propia carta a Tito.
Probablemente, Tito nació en Antioquía de Siria. A diferencia de Timoteo, él era gentil. Así como Timoteo, Tito vino a conocer al Señor Jesús a través de Pablo, y por tal razón, el apóstol se refiere a veces a ellos como sus hijos en la fe. Ambos servían al Señor juntamente con él y bajo su orientación.
En aquel conflicto que hubo en Jerusalén descrito en Hechos 15, Pablo llevó consigo a Tito a Jerusalén, no para que éste participase de las discusiones, sino para que Tito fuese usado como un primer caso a través del cual quedaría definitivamente establecido si un gentil debería o no ser circuncidado. Tito nunca fue circuncidado, porque la verdad prevaleció.
2:1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. 
2:2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 
2:3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 
2:4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 
2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 
2:6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; 
2:7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 
2:8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. 
2:9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 
2:10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. 
2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 
2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 
2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 
2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
2:15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.
NVI
1 Tú, en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina.2 A los *ancianos, enséñales que sean moderados, respetables, sensatos, e íntegros en la fe, en el amor y en la constancia. 
3 A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno4 y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos,5 a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios. 
6 A los jóvenes, exhórtalos a ser sensatos.7 Con tus buenas obras, dales tú mismo ejemplo en todo. Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad, 8 y con un mensaje sano e intachable. Así se avergonzará cualquiera que se oponga, pues no podrá decir nada malo de nosotros. 
9 Enseña a los *esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones.10 No deben robarles sino demostrar que son dignos de toda confianza, para que en todo hagan honor a la enseñanza de Dios nuestro Salvador. 
11 En verdad, Dios ha manifestado a toda la *humanidad su gracia, la cual trae salvación12 y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio,13 mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.14 Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien. 
15 Esto es lo que debes enseñar. Exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.
Tito 2:1-15
Requisitos Bíblicos que deben tener los Ministros: 

1) Irreprochables: Significa literalmente que no pueden existir hacia él, ningún tipo de acusaciones en su contra. Esto tiene que ver con una conducta manifiesta, aprobada e intachable desde su conversión, en la vida conyugal, familiar, social y laboral. 

2) Buen Gobierno de su casa: Esta es una calificación de mucha importancia para el candidato que aspire a este ministerio. Debe mostrar por ejemplo fidelidad en su matrimonio y tener a sus hijos en sometimiento. Así como también tener una buena relación familiar.  (Tito1:5-6). 
3) No Neófito: Esto quiere decir que no puede ser una persona nueva, es decir, que recién venga conociendo las cosas de Dios. Debido al peligro de caer en envanecimiento, y así caer también en condenación 
4) Retenedor Firme de la Palabra de Dios: (Tito 1:9) 
El Ministro no solo debe estar a la altura de los patrones morales y espirituales, también debe comprometerse a retener firmemente el Testimonio Apostólico original, referente a la obra salvífica de Jesús 
(Efesios 2:20-22), amándola, conociéndola y dando su vida por ella. Esto es importante por dos razones. 

a) Debe saber enseñar y exhortar de acuerdo a la palabra de Dios, y llegar a la sincera devoción a Cristo, a la verdad y justicia (2º Timoteo 4:2-5) 
b) Debe saber corregir a aquellos que enseñan cosas contrarias a las escrituras, con el fin de conducirlos a la verdad (2ª Timoteo 2:24-26). 

5) Apacentar el Rebaño de Dios: Fueron constituidos por el Espíritu Santo 
Para apacentar el rebaño de Dios y librarlos de las manos de los falsos líderes (lobos vestidos de ovejas). 
Hechos 20:28-30 


La salvación de la mente
La disciplina es una necesidad de la vida. Si no hay disciplina, un niño nunca llegará a ser una persona adulta. El carácter es desarrollado por medio de la disciplina.
Espiritualmente, nosotros recibimos una vida nueva; pero esta nueva vida en nosotros sólo puede crecer y desarrollarse a través de la disciplina. El significado de la palabra ‘disciplina’ en griego es ‘salvación de la mente’.
Aunque hayamos recibido la vida de Cristo en nosotros, la vida pecadora que recibimos de Adán y Eva necesita ser tratada por la cruz. Si la vida pecadora no es puesta fuera de acción a través de la cruz del Señor Jesús, ella va a suprimir la nueva vida, la vida de Cristo en nosotros. Es colocando de lado a la carne que la vida de Cristo en nosotros tiene su oportunidad para crecer, para desarrollarse y expresarse. Sin embargo, eso sólo puede ser realizado a través de la disciplina.
Modos de disciplinar
En la carta a Tito son mencionadas muchas formas de disciplina. Esto habla, y exhorta (Tit. 2:15). Hablar es un modo de disciplinar, porque la disciplina es no sólo correctiva, sino también instructiva y educativa. La disciplina tiene como objetivo no sólo corregir lo que está errado, sino también instruir en lo que es correcto.
Exhortar. Exhortar es, en un sentido, animar, y en otro, alertar. Animar a la práctica de aquello que es cierto y alertar con relación a las cosas que se están encaminando en una dirección equivocada.
Reprender. Reprender es otra forma de disciplinar. A veces, la reprensión necesita ser hecha con toda autoridad.
Enseñar. En el versículo 12 del segundo capítulo de Tito está escrito: ‘enseñándonos’, y la palabra enseñar utilizada aquí transmite, de acuerdo con el original griego, la idea de disciplina. Enseñar es disciplinar.
Amonestar. «Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo». Eso es disciplina. Así vemos que la disciplina puede aparecer de muchas maneras diferentes, mas recordemos que la disciplina no es de ninguna forma algo negativo.
La disciplina, en las Escrituras, está basada en el amor. Sin amor, no puede haber disciplina. Si tú no tienes amor, no intentes disciplinar.
Él nos ama porque nosotros somos sus hijos, y por causa de su amor nos disciplina como hijos. Es por amor que a veces somos usados por Dios como instrumentos para disciplinar, para ejercer disciplina; pero todo ello se basa en el amor. No hay nada de legalismo en ella

En esta carta a Tito podemos ver al menos tres áreas de aplicación de la disciplina:
 1) la disciplina en la iglesia; 2) la disciplina en la vida personal y en la familia; 3) la disciplina en la vida social.
La disciplina en la iglesia
Dios gobierna en la iglesia, el Hijo gobierna sobre su casa. Él es la cabeza, y a causa de ello, es necesario que haya orden en la iglesia.
Hay orden; debe haber orden, pero no es un orden obtenido a través de la organización. La propia vida se expresa a sí misma en orden. Por esa razón, Cristo, como la cabeza de la iglesia, y con el fin de mantener el orden en la iglesia, designa a algunos para ocupar posiciones de responsabilidad.
El pastor
¿Qué hace el pastor? El pastor siempre va adelante del rebaño para encontrar el pasto adecuado para sus ovejas y mantenerlas lejos de las praderas donde hay hierbas y pastos venenosos.
Ellos deben procurar que el pueblo de Dios esté bien alimentado con enseñanza sabia, enseñanza de Cristo, porque sólo la enseñanza de Cristo puede edificar la casa de Dios. Él es nuestro alimento.
La comunión
Naturalmente, en la disciplina de la iglesia está incluida la cuestión de la comunión, porque la iglesia es la reunión del pueblo de Dios. La iglesia en acción es la comunión; es el pueblo de Dios reuniéndose para tener comunión. Comunión significa «participar de algo junto con otros», tener cosas en común, compartir con otros el Cristo que conocemos, de manera que seamos enriquecidos mutuamente.
Por lo tanto, cuando entra el pecado, afectarán a nuestra comunión. Eso es evidente, y es por esa razón que si queremos tener comunión es necesario que tengamos disciplina.

Evaluación Personal. Entre tú y Dios, a solas. Aunque breve, pero cada día. Es más fácil sacar la paja de nuestro ojo del día que las toneladas acumuladas en el tiempo de no limpiarnos. Cada texto nos llama a examinarnos. No nos llama a examinar a los otros. Es para ti, para mí. ¡Ya!. No esperemos mañana, no acumulemos la basura. No lo hacemos en  casa ¿por qué en el corazón?

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